Ciudad Bosque

El ser humano tiende a expandirse gris sobre el campo; invade los procesos naturales con sus utensilios: concreto, asfalto, trascabo. Convierte la montaña en un amasijo de tierra y  que deja espacio al cemento y al mortero; cientos de hombres edifican, acumulan como hormigas en reversa, trayendo del fondo tierra para llenar el espacio con las ideas de los hombres.

¿Pero no es el hombre parte de lo natural? ¿es la montaña ajena a la mano, a la pala, al pico? Los artistas incluidos en esta exposición han dedicado parte de su trayectoria a pensar sobre estos temas, y lo han hecho en particular a través de la ilustración, donde esa frontera se reproduce en su version mas intima.

Los  medios gráficos se separan de la realidad natural, los bordes de la ilustración se convierten en un marco que separa la existencia cotidiana de la idea que toma forma dentro del lienzo. En la ilustración: comienza el trazo y termina el mundo exterior.

La ciudad parece estar limitada hacia fuera por la ausencia de ciudad; por el bosque y la montaña, y hacia adentro en el lienzo y el papel, donde el interior del artista sustituye al espacio cotidiano. El arte enrarece la experiencia vital, nos transporta a un estado de excepción,  no se trata solamente del material, también los objetos cotidianos se alienan: un pedazo de madera, una sábana, una tabla, entran al mundo de las ideas a través del ojo que las ve bañadas en trazo.

En las obras aquí presentes el artista reclama la ciudad con sus manos, llena esta galería de plantas y animales, reconstruyendo la ciudad a modo. También el cuerpo es reconstruido, el bosque es empleado para mediar la intimidad que vive dentro de las paredes del cuerpo; el alma se antoja forestal, aún cuando son las mismas ideas, y las mismas manos que edifican el cemento y mortero, que extraen la cantera y la colocan.





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